El domingo se presenta como un día gris, uno más de los tantos que nos esperan en esta época. Uno más en el que la lluvia llenará de melancolía el ambiente. No me gustan los días así, de alguna manera condicionan mi estado de ánimo. Cuando hay sol, al menos está la excusa de aprovechar el día, por más que en mi interior se esté desatando una tormenta.
Anoche salí con mis amigas, como lo he hecho en los últimos fines de semana. No tenía muchas ganas, pero entre quedarme durmiendo en casa era mi mejor opción. Sabía que podía ver a él en aquel lugar y no quería. Ya basta, no tiene sentido, con verlo en la universidad es suficiente. Como no estoy dispuesta a recluirme en casa para no verlo, trato de que si está no me afecte y poder disfrutar del tiempo compartido con mis amigas.
Estaba... todas lo habían visto, menos yo...
Yo trataba de bailar, de no pensar en la posibilidad de cruzarlo cuando una amiga se me acerca y me dice: "cuando puedas date vuelta, está detrás tuyo".
Le sonreí con ganas de decirle: no quería saber!... Instantáneamente las que tenía a mi lado me dijeron lo mismo, que estaba... No miré...
Le sonreí con ganas de decirle: no quería saber!... Instantáneamente las que tenía a mi lado me dijeron lo mismo, que estaba... No miré...
Inevitablemente a lo largo de la noche lo vi... Con mucha voluntad traté de que no me invadiera la tristeza como otras veces, pero quería irme, no estar allí...
Esta mañana, cuando me desperté vi el mensaje de una amiga que se había quedado hasta mas tarde, decía lo siguiente: "estuve hablando con él. Es bueno, muy educado y demasiado tímido. Parecido a vos..." La impotencia que sentí, no la puedo describir, hacía tiempo que no lloraba, no lo pude evitar. Lo que me decía en el mensaje ya lo sabía, pero me dio rabia ser yo la única que no puede entablar una conversación directamente con él...