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24 de julio de 2008

Los Peques...

Estoy bastante abocada al estudio de una materia que rindo el próximo martes. Matemática Financiera... Demasiadas fórmulas, demasiados desarrollos... Mi cabeza por suerte solo piensa en eso...
Sin embargo hoy recordé a Los peques, unos personajes animados en 3D hechos por dibujantes argentinos, ambientado en la Patagonia Argentina...
Este vídeo que elegí me gusta mucho. Estos gnomos son muy simpáticos y divertidos... Siempre dejando un mensaje...



"El amor es como un panal. Quien le teme a las abejas, se pierde de probar su dulce miel..."

21 de julio de 2008

Cerrando Círculos.

Siempre es preciso saber, cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario; pierdes la alegría y el sentido del resto. O cerrando puertas. O cerrando capítulos. Como quiera llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos. Lo importante es poder dejar ir momentos de la vida, que se van clausurando. ¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vive más en esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabo?

Puede pasarse mucho tiempo de su presente “revolcándose” en los porqués, en devolver el cassette, y tratar de entender por qué sucedió tal y cuál hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos; todos y todas, estamos abocados a ir cerrando capítulos. A pasar la hoja.

A terminar con etapas o con momentos de la vida, y seguir para adelante. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió. Y hay que soltar, hay que desprenderse.

No podemos ser niños eternos ni adolescentes tardíos ni empleados de empresas inexistentes ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

Por eso, a veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper, documentos por tirar, libros por vender o regalar. Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación.

Dejar ir, soltar, desprenderse.

En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a ganar y a perder. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir solo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó.

No espere que le devuelvan, no espere que lo reconozcan, no espere que “alguna vez se den cuenta de quién es usted”.

Suelte. El resentimiento, el prender “su televisor” personal para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo. La vida sigue para adelante, nunca para atrás.

Porque si usted anda por la vida dejando “puertas abiertas” –por si acaso- nunca podrá desprenderse ni vivir el hoy con satisfacción. Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de “regresar” (¿a qué?), necesidades de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron.

¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo! Si no, déjelo ir; cierre capítulos.

Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo no por soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio; usted ya no es el mismo que se fue hace dos días, hace tres meses, hace un año; por lo tanto, no hay nada a qué volver.

Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por usted mismo, desprender lo que ya no está en su vida.Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo; nada es vital para vivir porque cuando usted vino a este mundo “llegó” sin ese adhesivo, por lo tanto es tan solo: “costumbre” vivir pegado a él y es un trabajo personal, aprender a vivir sin él –sin el adhesivo humano o físico- que hoy le duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Solo es costumbre, apego, necesidad. Pero... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte...Hay tantas palabras para significar salud mental y, cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.

¡Esa es la vida!

Paulo Coelho

13 de julio de 2008

Paciencia

La palabra que hoy ha marcado mi día, sin duda es la paciencia. Me la han repetido varias personas y quedó en mi cabeza.


Si algo he tenido durante estos tres años, es paciencia, mucha, esa que me falta en algunas situaciones. Él, la despertó en mí.
Sin embargo, las preguntas sin respuestas guardadas, las situaciones sin comprensión vividas, las lágrimas derramadas y los incansables pensamientos que me invaden, hacen que alcance mi límite.


Una fina linea divide, mi voluntad por tolerar sus reacciones porque comprendo su timidez, mi fuerza por no caer... de las ganas de no verlo nunca más, de que desaparezca de una vez de mi vida...


Creo que tuve paciencia, y no creo estar dispuesta a seguir lastimándome...
Yo siento que le produzco rechazo a él, a pesar que me digan que no, que es lo contrario, que tenga paciencia. Que un día voy a saber que es lo que realmente pasa por su cabeza cuando tiene reacciones incomprensibles conmigo. Sin embargo, no estoy tan segura de eso... El sábado se suponía que salía a despejarme y volví a casa conteniendo el llanto hasta que me encerré en mi habitación.


No es fácil para mí, no lo ha sido nunca. Se que tal vez, pienso demasiado y solo veo lo negativo. Pero no puedo ver lo que me dicen los demás, no siento que esto que nos está pasando tenga vuelta de retorno, sino todo lo contrario. Es como si un abismo cada vez mayor se abriera entre nosotros, y ésta vez no está siendo de mi parte, sino de él...


Mientras trataba de conciliar el sueño, una y otra vez me repetí que había sido la última vez, que era momento de dar vuelta la página, de cerrar círculos...


Ha sido suficiente, no hay reciprocidad, no la veo y es su manera de actuar la que me induce a pensarlo. No es agradable ver y sentir como con tan solo escuchar mí nombre se va, parece que huyera. Así supiera lo que siento, no hay derecho, me parece, a realizar ciertos desaires.


No puedo seguir teniendo paciencia, porque me hago daño y no hace mas que hacerme sentir mal. Es tiempo de que piense en mí. Si un día tengo que saber que fue todo esto, estaré dispuesta a escuchar, a entender...



No te fíes si te juro que imposible,
no dudes de mi duda y mi quizás.
El amor es igual que un imperdible
perdido en la solapa del azar...

La luna toma el sol de madrugada,
"nunca jamás" quiere decir "tal vez".
La muerte es una amante despechada
que juega sucio y no sabe perder.

Estoy tratando de decirte que
me desespero de esperarte,
que no salgo a buscarte porque sé
que corro el riesgo de encontrarte;
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor;
que te sigo debiendo todavía
una canción de amor.

No corras si te llamo de repente,
no te vayas si te digo "piérdete":
a menudo los labios más urgentes
no tienen prisa dos besos después.

Se aferra el corazón a lo perdido,
los ojos que no ven miran mejor.
Cantar es disparar contra el olvido,
vivir sin ti es dormir en la estación.

Estoy tratando de decirte que
me desespero de esperarte,
que no salgo a buscarte porque sé
que corro el riesgo de encontrarte;
que me sigo mordiendo noche y día
las uñas del rencor;
que te sigo debiendo todavía
una canción de amor.
(Canción "Todavía una canción de amor", Los Rodriguez)



Tres años es suficiente tiempo de esperar, sé que mi inacción, mi apatía se apoderaron de gran parte del mismo y que posiblemente tengo suficiente culpa en lo que sucede. Pero también intenté aportar mi pequeño granito de arena, con todo lo que implica para mi personalidad...

7 de julio de 2008

Tormentas

Hoy al abrir mi correo electrónico me encontré con una de esas tantas cadenas que algunos amigos suelen enviar. Las leo, a todas, pero generalmente no reenvío ninguna... Pero ésta fue de esas que te hacen pensar, que parece que llegan en el momento que se necesita.
Por eso decidí transcribir el texto aquí. Para todas aquellas personas que se encuentran sacudidas por una tormenta y que para las que no, cuando tengan que pasar por una, sepan que son necesarias... Todo pasa por alguna razón...


"Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios le permitiera mandar sobre la Naturaleza para que -según él - le rindieran mejor sus cosechas.
¡Y Dios se lo concedió!

Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor; si necesitaba más agua, llovía más regularmente; etc.

Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso. Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas que creyó convenientes.

Pero Dios le contestó - “Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan…”-

Así nos pasa: queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, nada de problemas.
El optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que no se asusta ante ellas, no se echa para atrás. Por eso podemos afirmar que las dificultades son ventajas, las dificultades maduran a las personas, las hacen crecer.

Por eso hace falta una verdadera tormenta en la vida de una persona, para hacerla comprender cuánto se ha preocupado por tonterías, por chubascos pasajeros.

LO IMPORTANTE NO ES HUIR DE LAS TORMENTAS, SINO TENER FE Y CONFIANZA EN QUE PRONTO PASARÁN Y NOS DEJARÁN ALGO BUENO EN NUESTRAS VIDAS."