La vida da sorpresas... inesperadas, de esperanzas perdidas... que regresan para confundir...
"(...)Mejor lento que parado, desabrocha el corazón. No permitas que te anuden la imaginación No te quedes aguardando a que pinte la ocasión Que la vida son dos trazos y un borrón (...)"
¿Es un error ser puntual en una sociedad, en la cual, parece que el tiempo de los demás no tiene importancia?
Soy puntual, sí, y no puedo evitar molestarme ante la falta de consideración de algunas personas por el tiempo de los demás, como si el único valioso fuera el propio.
Me parece, una falta total de respeto, más aún, sin siquiera un aviso de las circunstancias por las cuales se va a llegar tarde.
Si me enojo, quedo como una loca sin tolerancia alguna, pero me siento peor haciendo como si nada hubiera pasado, como si la espera hubiera sido de tan solo unos minutos.
Ayer, esperar mas de dos horas a dos personas con las que había quedado para pasar un rato (el recreo que me tomaba del estudio) tomando mates, me pareció demasiado... y me fui. Pero mi paciencia se colmó al recibir un mensaje por la noche que decía: "Que lástima que ya te habías ido".
Mis derechos terminan cuando comienzan los derechos del otro, de eso se trata, de mutuo respeto. Si sé que no voy a llegar a horario aviso, te aviso, para que también puedas gozar de ese tiempo extra que de otro modo "perderías" esperándome.
Se que ayer no "perdí" el tiempo, porque no estaba sola, estaba con otra amiga, pero la idea era juntarnos cuatro, no dos por un lado y dos por el otro.
La temperatura era agradable, el viento aún podía tolerarse, tomé mis cosas, busqué mis auriculares para poder ir escuchando la radio y emprendí el camino a casa de una amiga, caminando. Hubiera preferido pasear en la costa del río, pero mi destino era otro y pese a que el paisaje de la ciudad está lejos de ser relajante, la música lo volvió mágico...
Incontables veces había escuchado esa canción, pero nunca había prestado atención a su letra, tal vez por el contexto en cual la escuchaba o porque simplemente hoy, me sumergí en ella...
Transcribo aquí una parte, la que hizo que volviera de mis pensamientos, transformando el trayecto en algo placentero, porque a partir de allí solo fuí conciente de lo que llegaba a mis oídos...
¿Por qué ésta canción y no otra hizo que el sonido dejara de ser una simple melodía y captara mi atención, tomando forma? Simplemente porque me sentí identificada...
En todos los aspectos de la vida, en algún momento se produce un quiebre, que nos hace ver de manera distinta lo que tenemos a nuestro alrededor, desde otra perspectiva y logra que no permanezcamos indiferentes a ello.
Queda poco tiempo para que finalice de cursar mis estudios, un cuatrimestre simplemente, y unas materias regulares por rendir. Desde comienzo de año, que estoy desesperada por terminar, siento que mi trayecto por la universidad ya cumplió su ciclo, necesito hacer otras cosas, tener nuevas experiencias, para no experimentar mi tan conocida sensación de estancamiento. He planificado asiduamente de que manera rendiré las materias, en que fechas, en que orden. Siendo conciente, que puedo fallar, desaprobar alguna y que mi tan mentado plan ya no será fructífero.
Dejé de disfrutar de lo que estudio, pasé a sufrir la universidad. Permitiendo que me destroce moral, emocional y psicológicamente cuando algo no sucede dentro de la estructura pensada.
Quiero recibirme, quiero rendir, aprobar, dejar de cursar y tener mi título. ¿Pero a costa de qué?¿Corriendo contra qué? Contra mí misma. Muchos encuentran con quien competir, yo, lo hago conmigo.
Estoy agotada, mi capacidad de estudio se ha visto considerablemente reducida, ni hablar de la concentración. "Estás cansada", me dijo ayer el médico. Hoy debería presentarme a rendir un examen final, de una materia que me encanta, pero que intenté rendir una vez y me fue mal, hoy no iré, no me siento con fuerzas, pasé una semana intentando estudiar y apenas lo he conseguido.
No fue fácil tomar esa decisión, dado que implicaba muchos costos, pero fue necesario. Quizás para enfrentar con una nueva filosofía éste último tramo, disfrutar nuevamente de lo que estudio. Nada va a cambiar si me recibo un par de meses después.
Ayer ha fallecido un hombre de letras, Mario Benedetti. Como sabrán quienes leen este blog, uno de mis autores preferidos. En reiteradas oportunidades publiqué poemas suyos, hoy no podía ser la excepción...
Defensa de la alegría
Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserables de las ausencias transitorias y las definitivas.
Defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos.
Defender la alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolía de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardiacos de las endemias y las academias.
Defender la alegría como un destino defenderla del fuego y de los bomberos de los suicidas y los homicidas de las vacaciones y del agobio de la obligación de estar alegres.
Defender la alegría como una certeza defenderla del óxido y de la roña de la famosa pátina del tiempo del relente y del oportunismo de los proxenetas de la risa.
Defender la alegría como un derecho defenderla de dios y del invierno de las mayúsculas y de la muerte de los apellidos y las lástimas del azar y también de la alegría...
Sin mucho para decir, en plena época de reproches, decepciones, crecimiento... No quiero llenar este blog de cosas tristes como un día hice.
Y si bien, mis ausencias son cada vez más largas. No me voy totalmente, aquí estoy, leyéndolos, coméntandolos cuando tenga algo para decir, subiendo cosas, en este espacio, que crea apropiadas.
Esta canción, que pongo a continuación es de Serú Girán, anoche la escuché por primera vez, aunque tiene casi veinte años, y me gustó mucho...
Nuestra vida diaria está regida por decisiones... constantemente, inconsciente o no, debemos hacer elecciones... unas más simples que otras, menos relevantes. Pero, no por eso menos importantes en el conjunto...
A veces, podemos posponerlas, evitarlas... sin embargo, tarde o temprano, esa decisión que no tomamos en su momento comienza a tomar valor. Aquello que creímos irrelevante, restándole importancia, pensando que otro día podríamos hacerlo y así en los días subsiguientes, se transforma en una bola de nieve que ya no podemos parar, y la culpa de haberlo permitido puede causar un dolor inmenso...
Sin duda, es mejor tomar una decisión equivocada, a pensar que no decidimos algo, que sigue pendiente, cuando en realidad sí lo hicimos, tomando el camino de la no-acción...
Elegir, implica un riesgo. Es necesario correrlos, ir en pos de lo que creemos mejor, sin importar cual sea el resultado. Porque, sin duda, siempre hay algo de éxito aún en los fracasos...
Estuve bastante ausente las últimas semanas, no por falta de tiempo, sino porque me encuentro en una etapa de desprendimiento, de cambios, de inhibición... He tenido que tomar una decisión importante, que me costó mucho, pero que sé, me va a ayudar a superar esto que hoy estoy sintiendo, lo que me paraliza y no me permite seguir adelante...
Porque sé que callo cuando debería hablar y grito cuando debería callar.
Comprendí el error que durante tanto tiempo he cometido. Que era capaz de cuestionar cosas simples, que no merecían la pena y sin embargo me enojaban, pero no hablaba cuando realmente algo me importaba o lastimaba.
Como si fuera una cajita de cristal iba guardando actitudes que causaban dolor, sentimientos que florecían, incapaz de manifestarlo. Hasta que en un determinado momento, el espacio se agota y lo que sea que se está por guardar estalla.
Soy frontal, hasta impulsiva, pero con determinadas personas, en determinados momentos. Depende, por supuesto, del nivel de confianza que haya adquirido.
Sé también, que el miedo, la inseguridad, hace que me aleje de lo que quiero, que construya muros donde había caminos. Con el triste empeño de protegerme. Pero, ¿de qué? De una posible desilusión, de un posible rechazo, de que todo salga bien y de pronto se termine... Suena completamente ilógico, pero es increíble lo que nuestra mente puede conseguir, porque en ese afán de "estar bien" lo que consigo es hacerme daño. Sin duda, es peor padecer la inactividad, el sentir la incapacidad de luchar por lo que se quiere, ver como cada día tus pasos recorren exactamente el camino contrario...
Estoy en proceso de cambio, pero como todo proceso, es lento.
Sin embargo, hay un aspecto donde no puedo visualizar el cambio, no he vuelto a tener la oportunidad de aplicar lo que aprendí, porque no ha aparecido nadie aún en mi camino que haga nacer en mí un nuevo sentimiento y hasta que eso no ocurra no podré poner en práctica todo el empeño para no "huirle", para no cerrar de un portazo la puerta que de a poco se va abriendo...
Yo era de las que iba a la casa de alguien y cuando le ofrecían un mate decía: "No, gracias, no tomo mate". Pero esta situación cambió cuando comencé la universidad, ahora que lo pienso muchas cosas cambiaron en mí desde entonces. Las horas de estudio preparando las materias del cursillo de ingreso hicieron que empezara a aceptar mates, y me descubrí a mi misma ofreciéndolo cuando alguien iba a casa. Es una costumbre que invita a conversar, a juntarse con amigos... Hoy voy a transcribir un texto del cual desconozco el autor, que venía con un mate que compró mi mamá hace un tiempo y me pareció tan real, tan significativo que decidí compartirlo aquí...
El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse.
El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo.
Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es 'hola' y la segunda '¿unos mates?'.
Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros.
Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.
Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.
Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar.
En verano y en invierno.
Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos.
Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo.
Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón.
Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: '¿Dulce o amargo?'. El otro responde: 'Como tomes vos'.
Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba.
La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da.
La yerba no se le niega a nadie. Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular.
Nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.
Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.
No es casualidad. No es porque sí.
El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma.
O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera.
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones.
El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...
Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate.
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablas mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambia la yerba!'.
Es el compañerismo hecho momento.
Es la sensibilidad al agua hirviendo.
Es el cariño para preguntar, estúpidamente, '¿está caliente, no?'.
Es la modestia de quien ceba el mejor mate.
Es la generosidad de dar hasta el final.
Es la hospitalidad de la invitación.
Es la justicia de uno por uno.
Es la obligación de decir 'gracias', al menos una vez al día.
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.
Ayer rendí una de las materias mas importantes de mi carrera, una de las que peores fama tiene en cuanto a dificultad, no solo por el contenido sino por el profesor...
Recuerdo que el primer año en la universidad el "monstruo" era una materia de primero, que muchos tenían que recursar e incluso luego rendirla incontables veces hasta lograr el tan ansiado aprobado. La pase sin problemas, pero creo que la clave fue que decidí no hacer caso a todos los comentarios que nos hacían, elegí no temerle y estudié como para cualquier otra, pudiendo decir que fue una de las mas sencillas comparada con las de ahora. No porque sea mas inteligente que el resto, simplemente iba a rendir y no me cohibía, pensaba con claridad...
Mas avanzada la carrera las "difíciles" son las tributarias, como les decimos para evitar el nombre tan largo que tienen en el plan de estudio... y también, las regularicé la primera vez que las cursé... pero para rendir, la primera de ellas, por más que intentaba no pensar en que la cantidad de desaprobados siempre es superior, no pude evitarlo... los nervios se hicieron presente y pasé un fin de semana con mucha presión...
Había estudiado, desde que regresé de vacaciones le dediqué la mayor parte de mi tiempo, quería rendirla, aunque tuviera también fecha el 23 necesitaba intentarlo, no podía permitir que el miedo a desaprobar me paralizara... así que fui, con malestar físico, con la boca seca, pareciendo impasible pero haciendo un tremendo esfuerzo por mantener la calma...
Aún no tengo la nota, hasta dentro de unos días y aunque la calma no la conseguiré hasta no conocerla me he quitado una tremenda presión y si tengo que realizar otra vez el examen ya habré pasado por la experiencia...
El día que escuché por primera vez la canción que hoy voy a poner, supe que era de entre todas la que más me gustaba, quizás porque me identificaba con la letra o simplemente por la manera que plantea tantas contradicciones, por la música, por todo... simplemente me encanta y fue la primera canción de rock que me gustó, después de escuchar durante mucho tiempo baladas...
En fin, hoy quiero compartirles parte de mis gustos, un pedacito más de mí...
Ha comenzado un nuevo año y como siempre, tengo la expectativa de que sea mejor que el anterior, o por lo menos igual... Sé que será un año con cambios, que terminaré de cursar mi carrera, que practicamente no tendré que ir a la universidad y que posiblemente, si todo va bien, empezaré a trabajar...
Sé también cuanto tiempo he esperado dejar de cursar para no cruzarme con él... pero cuando se acerca lo que tanto anhelé, por puro impulso, agrego su nueva dirección al msn. Sí, lo sé... Error, tendría que haberlo eliminado, no esperar a encontrarlo conectado, pero no pude... o no quise... necesitaba descubrir que había detrás de ese chico mas allá de la universidad, más allá de los sábados por la noche, necesitaba encontrar cosas que no me gustasen, hoy creo que fue una excusa, un autoconvencimiento para no sentirme tan vulnerable, para no reprocharme el haberlo agregado...
En un primer momento pensé que no iban a ser más de dos semanas, que pronto no tendríamos de que hablar, que tal vez no quisiera hablar, que dejaría de gustarme.
Sin embargo, llevamos dos meses chateando casi a diario. Descubrí a un chico solitario, que piensa y siente demasiado parecido a mí... Que me ha contado cosas que no creí que diría, me ha tomado como su amiga... me ha pedido consejos sobre como actuar con la chica que le gustaba... lo cual, me dolió, no estaba preparada para algo así, pero decidí seguir estando ahí, para levantarle el ánimo, para pensar con él como hacer... A pesar que me decían que no, que no lo hiciera, yo me sentía bien ayudándolo en ese tema...
En fin, no sé a que me llevará todo esto, solo sé que seguiré hablando con él mientras que no me haga mal, el día que sienta que no puedo más, tendré que eliminarlo...
No hice propósito de año nuevo, ni lo voy hacer, porque nunca lo cumplo... Sólo me voy a preocupar por vivir y disfrutar de los pequeños momentos...